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 CREANDO UNA NUEVA REALIDAD.

 

Nuestros ojos solamente pueden ver aquello que nuestra mente cree que es lógicamente posible que exista. Solo advertimos a nuestro alrededor lo que podemos concebir como posible.

Todo lo demás, el resto de las infinitas posibilidades de la creación, permanecen en la nebulosa aparentemente inalcanzable donde todas las cosas son posibles.

Las limitaciones a las que nos enfrentamos día a día provienen de nuestra mente y son esas limitaciones las que nos impiden acceder a la fantástica fuerza creativa del universo.

Ahora, cuando hablamos de la mente, existe una tendencia muy marcada a relacionar nuestra mente solamente con el cerebro y esto no es correcto. La mente, nuestra mente es todo lo que somos. Nuestro cuerpo es nuestra mente.

Las habilidades, o la falta de ellas, provienen de las ideas preconcebidas que hemos adquirido a través de nuestra vida, sea que sean erróneas o no.

Quizá siempre hayamos deseado ser artistas exitosos, pero si nuestro entorno no se adecua a lo que la sociedad nos provee como patrón medida, no nos sentiremos capaces de siquiera investigar la posibilidad de practicar el arte, en cualquiera de sus formas.

Ampliando nuestra capacidad cerebral enriqueceremos también nuestras expectativas en cuanto a lo que es posible y reduciremos la lista mental de lo que consideramos imposible.

Nuestro cerebro ha recibido, a lo largo de nuestra vida, incontables fragmentos de información que, aunque en su momento hayan tenido cierta relevancia, quizá en este momento ya no la tengan.

Todo lo que nuestros padres, parientes y amigos nos han dicho se ha ido acumulando en nuestra mente de forma desordenada  y en este momento nos podría estar creando disturbios mentales que dificultan nuestro desarrollo, tanto intelectual como espiritual.

Si alguna vez se nos dijo que no éramos capaces de hacer algo en particular, es posible que aun hoy nos sintamos incapaces de hacerlo.

Es hora de pasar revista a nuestro banco mental de datos y descartar todo aquello que ya no nos esté prestando un servicio.

Desprenderse de ideas que han caducado es un ejercicio muy saludable dado que nos permitirá deshacernos de miedos irracionales que quizá nos hayan estado impidiendo avanzar en la vida.  

Si el límite de lo que es posible está en nuestra mente, si ampliásemos nuestra mente estaríamos ampliando el espectro de posibilidades a las que deberíamos tener libre acceso.

Exponiéndonos a las altas tecnologías  basadas en la geometría sagrada, Parábolas Holográficas, Ecuaciones Geométricas, etc., adquiriremos la habilidad de discernimiento necesaria para alcanzar las alturas que hasta ahora creíamos que solo los privilegiados podían alcanzar.

Hay en este momento una gran cantidad de material valiosísimo publicado en internet, con acceso absolutamente gratuito, que nos permitirá ampliar nuestra mente creando así una nueva realidad, una que se asemeje más a aquella que realmente deseamos y que nos permitirá transformarnos en seres vitales, sanos y felices, que es como debería ser.

 

ViDa González.

 

 

 

 

 

 

ALTERNATIVAS. APUNTES BREVES SOBRE LA REALIDAD MUNDIAL.

 

¿Qué pasaría si observásemos nuestro mundo desde otro ángulo?

La sociedad nos ha condicionado para que sintamos, hagamos y digamos lo que se espera de nosotros. ¿Qué pasaría si decidiéramos separarnos de este molde y probásemos otras alternativas?

Pues bien, lo que pasaría es que en un primer momento nos sentiríamos aislados y hasta repudiados por la sociedad. Pero eso pasara.

Nuestra propuesta no está relacionada con la anarquía ni con el odio, sino con el sentido común.

Nuestro entorno nos hace creer, sin cuestionarlo, en un código de conducta que no está basado en principios morales sino en conveniencia.

La felicidad, de acuerdo a lo que podemos ver en TV y otros medios, es algo efímero y que solo durara mientras nuestro equipo preferido gane el partido, nuestra botella de Coca Cola este llena y nuestro automóvil despierte sentimientos de envidia entre nuestros pares.

Pero esto no termina aquí.

Se nos bombardea con avisos que nos incitan a comprar artefactos que nos permitirán ahorrar tiempo. Ahora yo digo, ahorrar tiempo ¿es posible?, y de ser posible, ¿Qué se supone que deberíamos hacer con el tiempo que ahorramos? Pues, consumir, por supuesto.

Este tipo de propuesta quizá suene bien hasta que nos ponemos a pensar en el mensaje y nos damos cuenta de que este tipo de retórica está diseñado para perpetuar nuestra esclavitud, nuestra dependencia en las fuerzas externas. El consumo nos debilita porque nos hace creer que si dejamos de practicarlo seremos infelices.

La economía, la nuestra personal o la de un país, se podría arreglar en un instante con solo abandonar los gastos superfluos.

Nos pasamos la vida deseando beber la bebida de moda y luego gastamos fortunas tratando de desprendernos de las consecuencias de haber bebido en exceso. Lo mismo se aplica a la comida y a cualquier tipo de vicio que hayamos adquirido a través del contacto con nuestros pares.

En un momento, fumar era lo más chic que uno podía hacer. Personajes tales como Humphrey Bogart nos convencieron de que fumando Lucky Strike y bebiendo Bourbon podríamos tener una vida fantástica, rodeados de lujos y sofisticación. Pues Humphrey murió de cirrosis, pero nadie habla de las consecuencias de nuestros actos, solo nos deslumbramos con el lujo y no pensamos en lo que nos cuesta.

Yo nací en 1957. En mi casa no había televisión ni teléfono. No había lujos ni tiempo para pensar en adquirirlos porque teníamos cosas para hacer. Mi abuela y yo nos levantábamos muy temprano y trabajábamos en la huerta hasta la hora de la comida. Éramos completamente felices, aun cuando estoy seguro que la viejita tenia mil razones para ser infeliz. Comíamos lo que se producía en la huerta y nadie se quejaba. Si hacia frio nos abrigábamos. Y si llovía nos mojábamos, así de simple. A las ocho de la noche estábamos listos para irnos a dormir porque al otro día había que empezar otra vez.

Esa vida simple me hacía feliz y sé que Doña Dominga también era feliz viéndome crecer sano y feliz.

Entonces, la propuesta no es el cambiar de vida y adoptar algo desconocido, sino volver a nuestras raíces. Plantemos nuestros alimentos. Consumamos solo lo necesario. Caminemos más y conduzcamos menos. Amemos más y envidiemos menos.

Si permitimos que la sociedad nos inculque costumbres que no tienen sentido, ni común ni moral, y no hacemos nada al respecto, seremos parte del problema en lugar de ser parte de la solución.

 

ViDa González.

 

 

 

 

LA GRAN METAMORFOSIS UNIVERSAL.

 

Descripción de dos realidades paralelas. Apuntes breves.

 

El mundo físico que observamos a nuestro alrededor es una ilusión creada a partir de una superposición de imágenes distorsionadas que nuestra mente clasifica y reorganiza ante cada evento que ocurre en nuestra vida.

 Este comportamiento  promueve, inevitablemente, la creación de múltiples realidades paralelas, causando así la situación que estamos observando en el planeta en este momento.

Cada hombre vera la misma realidad de forma diferente, dependiendo de su propio punto de vista y esta situación es la causa de la fragmentación de la situación mundial.

En otras palabras, nuestra experiencia de vida, sumada a la del resto de los hombres, en lugar de crear armonía crean incoherencia. “Cada quien para sí mismo” parece ser la premisa en este momento

Hay por supuesto, una solución inteligente para todo este caos.

Recuperando su verdadera identidad, lo que se conoce como la memoria cósmica, la humanidad puede resolver todos estos conflictos y dedicarse a lo que realmente debería estar haciendo que es comprometerse a resolver a los desafíos que la vida le presenta, aceptándolos como oportunidades de progreso y no como ataques despiadados de un enemigo imaginario.

La forma de encarar este cambio que nos llevara a cruzar la delgada membrana que separa el caos de la coherencia, es en gran medida, algo que solo podremos alcanzar si nos unimos con cada ser viviente en un esfuerzo coordinado que nos permita redescubrir la unidad universal.

La dualidad es ese sentimiento que nos dice que el bien y el mal y el frio y el calor están separados. Es además la que determina que el bien es mejor que el mal y esa es la verdadera causa de todos los conflictos que oprimen a la humanidad.

La verdad es que una sola forma de energía mantiene a toda la creación en constante oscilación. Llámese Dios o el universo, o como cada uno decida denominarla, esa energía todopoderosa está compuesta de un polo positivo y uno negativo. El uno no podría existir sin el otro.

Lo que los hombres denominamos el bien y el mal, son los dos polos inseparables de esa energía todopoderosa que crea y mantiene este gran drama cósmico.

Nosotros, en nuestra capacidad de observadores, tenemos la posibilidad de modificar la composición molecular de todas las cosas. Consecuentemente, podemos cambiar nuestra realidad en el momento en el que deseemos hacerlo. Pero para que esta mutación pueda ocurrir y beneficiar a cada ser vivo, sea humano, animal o vegetal, lo primero que debemos hacer es recuperar nuestra soberanía cerebral.

El hombre tiene un cerebro privilegiado. La pena es que solamente utilizamos un pequeño porcentaje de nuestra masa cerebral, entre el 12 y el 15% en el mejor de los casos. De poder reactivar este órgano fundamental, único en toda la creación, podríamos resolver todos los conflictos que actualmente afectan a nuestra civilización.

La oportunidad está enfrente de nosotros y lo único que se requiere es que tengamos el valor de aceptar las herramientas que se nos han facilitado y nos pongamos a trabajar.

 

ViDa González.

 

 

 

 

OPORTUNIDAD. (El nuevo Paradigma)

Apuntes breves sobre la maleabilidad de la creación.

 

En este momento está muy de moda el quejarse de todo y por todo.

Uno de los temas candentes es que Monsanto ha recibido el equivalente al premio Nobel de los alimentos. Esto, entendiblemente, ha creado una ola de protestas masivas alrededor del planeta.

¿Qué pasaría si en lugar de quejarnos ante esta barbaridad, aprovechásemos la oportunidad que se nos está brindando de poder ver las cosas por lo que realmente son?

Históricamente los escritores, científicos y aun los economistas han sido premiados con el Nobel por sus logros. Supongo que esto está bien. Pero no hace falta que nosotros tomemos todo este circo demasiado en serio. La propaganda detrás del premio Nobel ha sido, por lo menos hasta ahora, meticulosamente diseñada para que el hombre común creyese que este tema es muy importante. Lo mismo ocurre cada vez que la reina de Inglaterra decide nombrar Caballero del Imperio Británico a algún fulano por la razón que sea. Los integrantes de los Beatles fueron “distinguidos” de esa forma allá por los años sesenta.

Pero la cosa es, los personajes que están detrás de la elección de los ganadores de estos premios son seres humanos como nosotros. Y se equivocan como nosotros. La fundación Nobel está integrada por gente y esta gente responde a intereses políticos y económicos como la mayoría de los poderosos que controlan al mundo. Los integrantes de esta fundación han demostrado a lo largo de los años que están lejos de disfrutar de reputaciones intachables. Las pruebas que están a la vista no me dejan mentir.

Pero decisiones como esta son en realidad una maravilla si las vemos por lo que son y no perdemos la calma al juzgarlas.

La elección de Monsanto como merecedor de un premio de cualquier tipo demuestra a las claras que este asunto es una payasada y es esto lo que yo celebro. Finalmente, a la vista de todos, se les cayó la careta a estos personales siniestros que pretendiendo ser gran cosa nos quieren vender algo que no deberíamos comprar.

Señores inmorales que causan guerras, hambrunas e injusticia por doquier han recibido el premio Nobel de la Paz.

Economistas que diseñan la miseria de sus compatriotas y roban a manos llenas reciben el premio Nobel de Economía, además de embolsar billones de dólares en ayuda gubernamental que debería ser destinada a mejorar la vida de los que realmente trabajan.

Y, por supuesto, científicos con títulos impronunciables, que causan desastres ecológicos de proporciones faraónicas en el nombre de la ciencia y que responden a los intereses de gobiernos corruptos, también reciben premios de este tipo.

Yo me alegro por ellos pero sobre todo me alegro porque finalmente la humanidad, gracias a la petulancia innata de estos “escribas”, tiene la oportunidad de ver todo este circo por lo que realmente es, una bufonada.

Dejemos que los perritos falderos de los poderosos se regodeen con sus galletas, se las han ganado siendo buenos alcahuetes de las corporaciones. Nosotros deberíamos dedicarnos a lo que realmente importa.  Los que por décadas hemos trabajado para estimular el despertar de la humanidad tendríamos que estar de gran celebración ante un triunfo tan contundente.

Esta es una gran oportunidad para comenzar a valorar las cosas que tienen valor y para, a la vez, destronar a los que nos quieren hacer creer que el mundo les pertenece solo a los poderosos y a los privilegiados.

La realidad que vivimos a diario es absolutamente maleable y podemos, si así lo deseamos, cambiarla. No hace falta aceptar aquello que no nos gusta y luego quejarnos. Si recuperamos nuestra soberanía ciudadana podemos crear un mundo que se asemeje a nuestros sueños y descartar este que más se parece a una pesadilla, especialmente para aquellos que están en la línea de fuego de los poderosos, tal como los granjeros colombianos en este momento.

Si elegimos ser víctimas, nos convertimos en víctimas.

Pero si elegimos ser soberanos y conducirnos con justicia e inteligencia, no hay corporación que pueda torcer nuestro destino.

Las corporaciones son el enemigo solo si les permitimos manipular nuestra realidad para crear injusticia y división. 

La tierra no le pertenece a nadie. Los aborígenes australianos, con más de cuarenta mil años de civilización, saben que la tierra no les pertenece sino que ellos le pertenecen a la Madre Tierra. Quizá ese sea el mejor modelo a seguir. El respeto a nuestros hermanos de todas las especies y la recuperación de lo consciencia cósmica, aquella que nos une y nos da poder,

Esta es quizá la mejor oportunidad de cambiar nuestra realidad. Dejemos de jugar el juego que se espera de nosotros. Salir a la calle a protestar quizá despierte a algunos pero si no les damos una alternativa válida volverán a sus casas a continuar con este juego perpetuo del gato y del ratón.

No podemos seguir tratando de hacer que los poderosos cambien para que nos den lo que nos corresponde.

Querer obligarlos solo puede iniciar más guerras.  Debemos cambiar nosotros para que todo cambie. A propósito, los Beatles devolvieron sus condecoraciones repudiando así todo el circo. Bien hecho John Lennon.

 

ViDa González.

 

 

 

 

 

 

Reflexiones breves sobre la Fragmentación.

 

Hay hechos que son difíciles de refutar. El ejercicio de observar algo o a alguien modifica la estructura molecular del objeto observado.

La observación y el papel que juega el observador inician una nueva realidad.  Al observar estamos indefectiblemente juzgando. Es imposible observar sin que nuestra mente no intervenga sopesando, calculando, etc.

Una de las consecuencias de la observación es la fragmentación.

Inevitablemente, para intentar comprender algo o alguien, nuestra mente desmantela al objeto observado y emplaza cada componente en un casillero donde ya hay otros componentes con cualidades similares.

Por ejemplo. Para planear un viaje, sea corto o largo, haremos todo tipo de cálculos para asegurarnos de que llegaremos al destino deseado y no a otra parte. Elegiremos el lugar, la forma de trasladarnos, la o las personas que nos acompañarán, etc.

El objeto, en este caso el viaje, será observado meticulosamente para que todo vaya de acuerdo a nuestros planes. Quiere decir, el viaje experimentara una mutación a nivel sub atómico y pasara de ser una idea a ser un hecho palpable.

Pues, lo mismo hacemos cada vez que nos disponemos a llevar a cabo alguna acción o cuando estamos siendo testigos de una acción ejecutada por otra persona.

Antes de comenzar a pensar en viajar, la idea misma del viaje no existía. Se podría decir que todas las particularidades relacionadas con el posible viaje oscilaban en el éter.

Cada circunstancia vinculada a ese viaje era simplemente una posibilidad y todavía pertenecía al ámbito donde todas las cosas son posibles.

Una vez que hayamos tomado la decisión de viajar, nuestra mente dará consistencia a la idea creando así un universo paralelo.

En conclusión, le daremos forma física al enfocar nuestra fuerza vital en ese universo todavía inconsistente.

Ese mundo existirá solo en nuestra mente hasta que le agreguemos suficiente información adicional para que se solidifique. Cada idea adicionada a nuestro nuevo y maleable universo le dará consistencia.

Este es, en pocas palabras, el proceso creativo que los humanos utilizamos a diario. De hecho, miles de veces al día para tomar decisiones.

En sí, sin entrar en detalles, no hay nada en este proceso que se pudiese considerar negativo o alarmante.

Ahora, la fragmentación es por definición un ejercicio debilitante. Si deseamos romper una hoja de papel solo tenemos que tomarla con nuestras dos manos y romperla. Pero si esta hoja es parte de una guía telefónica, por ejemplo, a menos que separemos las hojas antes de romperlas será muy difícil llevar a cabo nuestro cometido.

Eso es la fragmentación.

Fragmentamos para poder entender. Lo hacemos también para poder controlar. De hecho, hay muy pocas circunstancias en la vida que no requieren la utilización de la fragmentación para poder ser puestas en práctica.

Cuando aplicamos estos simples principios a nuestra vida diaria podemos ver que por el hecho de que tomamos una gran cantidad de decisiones cada día, inevitablemente, la fragmentación juega un papel muy importante en nuestra existencia.

El hecho de que tendemos a agruparnos en clubes, escuelas, etc.,  es en sí una forma de fragmentación.

Una de las consecuencias de nuestro comportamiento grupal en la sociedad moderna es que cada grupo cree ser el poseedor de la verdad absoluta e indiscutible. Sea que estemos hablando de futbol o de los derechos que ciertas clases sociales debieran tener, el hecho es que habrá una opinión por cada persona envuelta y esa falta de coordinación genera confusión y es ahí donde las cosas se complican.

Los que estamos preocupados por el medio ambiente criticamos a los que crean polución y viceversa. Los ciudadanos de un país tienden a creer que su patria es más linda y mejor que la de sus vecinos y así sigue la lista.

Cada estrato de la sociedad esta diametralmente enfrentado con su contraparte y no parece haber forma de llegar a un acuerdo que haga feliz a todos.

Entonces y a modo de conclusión, en tanto y en cuanto no podamos comprender que todos somos seres vivos, seamos vegetales o animales.

Que todos vivimos en este planeta y eso nos transforma en custodios de la tierra.

 Que la fuerza electromagnética que alimenta a nuestros cuerpos, sin importar el color de la piel que recubre al cuerpo o si tiene escamas o lana o lo que sea, es la misma aunque le asignemos diferentes nombres.

Que la Unidad Universal es la única realidad y que la fragmentación es una invención humana que nos separa.

En tanto y en cuanto no nos despertemos de esta pesadilla, seguiremos creando estas realidades incomodas que nos dan la falsa noción de que la separación es posible. 

 

ViDa González.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una Sinfonía perfecta.

 

Una Sinfonía es, literalmente, un conjunto de sonidos sincronizados. Los grandes músicos han compuesto hermosas sinfonías por cientos de años con resultados maravillosos, en algunos casos.

Yo, en mi papel de carpintero o de jardinero no estoy autorizado para criticar la música de los grandes maestros, solo puedo opinar sobre lo que me gusta y lo que no.

Pero esto no es un tratado sobre música ni mucho menos. Esto solo quiere ser un comentario breve sobre la jardinería y el sentido común, escrito por un hombre común.

Así que aquí va.

Por años he estado trabajando en la huerta. De a poco he ido aprendiendo algunas cositas útiles.

Pero más que nada he cometido grandes desaciertos que me han permitido aprender que es lo que no debería hacer si deseo lograr buenos resultados, léase, una buena producción de vegetales y frutas para alimentar a mi familia.

Por todos esos años he sido criticado por mis vecinos por ser, al menos aparentemente, desorganizado y quizá demasiado creativo.

Yo promulgo la idea de que tener un cantero que produce solo lechugas es una manera domestica de practicar los monocultivos que en mi humilde opinión son los que están transformando grandes extensiones de tierra fértil en grandes desiertos.

Desde que decidí divulgar los resultados de nuestro trabajo en la huerta he estado publicando fotos de los diferentes canteros donde planto lechugas y ajos, ortigas y puerros, todos juntos y entreverados.

Hasta ahora he estado esperando que alguien me criticara o al menos me preguntara sobre el porqué de mi extraño comportamiento.

Pues finalmente he logrado despertar la curiosidad de un jardinero que me hace preguntas muy interesantes y además cuestiona mis métodos. Esto es fantástico ya que solo así puedo explicar en detalle el porqué de tanta mezcolanza.

Ocurre que cuando hablo de una “Hermosa Sinfonía de la Naturaleza” no es que desee sonar poético. Eso es lo que yo creo, la jungla es maravillosa. La naturaleza no se comporta como lo hacen los granjeros industriales. Absolutamente para nada.

Cuando vemos filmaciones o fotos de grandes extensiones de campo sembradas con maíz o sorgo o lo que sea, lo que estamos viendo es la forma más rápida y efectiva de destruir el planeta.

Los granjeros hablan de malas hierbas, que es un término que en mi vocabulario no existe.

También hablan de preparar el terreno arándolo para luego agregarle herbicidas, superfosfatos y toda clase de químicos que se supone que alimentan el suelo y lo mantienen productivo, etc., etc.

Todo eso es una de las más grandes mentiras que los laboratorios multinacionales le han vendido a esta pobre gente para mantenerlos profundamente sumergidos en la ignorancia y a la vez para que sigan consumiendo sus “productos”.

Volviendo a la música, solo por un instante, yo creo que la sinfonía número cuarenta de Mozart es una maravilla.

Como me gusta tanto, me he tomado el trabajo de informarme sobre ella. Como se escribió esta sinfonía, cuantos instrumentos se utilizan para ejecutarla, etc.

Sé que se necesitan por lo menos cincuenta instrumentos de diferentes tipos, incluyendo violines, violas, oboes y demás.

Ahora, ¿qué pasaría si decidiésemos interpretar la sinfonía número cuarenta con cincuenta tambores?

 O cincuenta pianos o algo así.

Pues, aun siendo un indocumentado en temas de música, sé que eso sería un desastre.

 Nunca podría funcionar y lo que conseguiríamos seria que el pobre Mozart se retorciese de dolor en su tumba.

Lo mismo ocurre cuando cultivamos solo soja o solo maíz. Es un desastre.

Por supuesto que los grandes laboratorios tales como Bayer, Dupont y Monsanto saben todo esto.

No vayan a pensar ni por un momento que estos crápulas son estúpidos. No solo lo saben sino que además invierten millones de dólares para que nosotros no lo sepamos.

Si un ignorante como yo sabe que las plantas no solo se alimentan de la tierra sino que además alimentan a la tierra, estos premios nobel de química lo saben de memoria.

La competencia sana es buena. Si las plantas tienen que competir por nutrientes en el suelo  crecerán más y serán más sanas.

Todos sabemos que pasa cuando a un ser humano se le da todo servido, engordara y se hará  holgazán. Las plantas se comportan de la misma manera. Yo no alimento a las plantas, alimento al suelo y la planta se encarga se conseguir su propia comida. Si está sana no tendrá ninguna dificultad en hacerlo.

Si utilizamos el sentido común tendremos una huerta productiva porque estará sana, no porque le hayamos inyectado esteroides para aparentar fuerza y salud.

 

ViDa González.

 

 

 

 

 

 

 

Reflexiones.

 

Tenemos tanto para aprender de la Naturaleza. Los ejemplos de cómo deberíamos tratar  a nuestros semejantes y al medio ambiente están en todas partes, solo hace falta detenerse a contemplarlos.

Quizá debiéramos confeccionar una lista de las cosas que se podrían hacer para cambiar nuestra realidad.

O tal vez queramos hablar de lo que no debiéramos hacer. Pero ya no se puede seguir esperando que alguien cambie nuestra realidad. Por definición, nuestra realidad ES NUESTRA y solo nosotros podemos cambiarla.

Observemos nuestro entorno. Los animales no tienen bolsillos en sus pieles y si los tienen, como los marsupiales, no es para acumular posesiones sino para cuidar y alimentar a sus crías.

Los animales herbívoros son además errantes. Quiere decir, no se quedan en un lugar hasta devastarlo sino que comen uno o dos bocados y dan un paso, permitiendo de esta forma que la hierba se recupere.

En la sabana africana conviven leones y hienas, ciervos y rinocerontes y una maravillosa variedad de especies que, aunque todos son el alimento de algún otro, no se odian ni se matan por capricho o placer, una vez saciado el hambre vuelve la calma al lugar.

Nosotros invadimos países en el nombre del progreso y del miedo y no paramos hasta destruir todo lo que encontremos en nuestro camino.

Los animales no conocen el concepto de venganza.  Tampoco reconocen la lastima como comportamiento normal.

Pero si saben muy bien lo que es la compasión, el respeto y el amor incondicional.

Las Ocas vuelan en formación durante sus viajes migratorios. Además forman familias para toda la vida, un concepto que cada día se aleja más de la realidad de los humanos.

Pero lo más importante es que nos enseñan lo que es el verdadero espíritu de sacrificio al desplegar patrones de comportamiento tan loables que conmueven a cualquier persona sensible.

Cuando un integrante de la familia, o aun, de la bandada misma, se enferma o se lastima y no puede volar, busca un lugar reparado donde descansar y recuperarse de sus dolencias.

 Cada vez que esto ocurre, otro integrante del grupo, sea su pareja o no, se queda a acompañar al herido hasta que este se recupere o hasta que muera y solo en ese momento, el  acompañante se reintegra al grupo.

Este hecho denota un concepto del sacrificio que no muchos humanos practicamos.

Quizá se trate de entender nuestro idioma un poco mejor. Al buscar las acepciones de la palabra Sacrificio, lo que encontramos en el diccionario es lo siguiente;

Sacrificio s. m.

1   Ofrecimiento a un dios en señal de obediencia o para pedir su favor.

2   Acción que desagrada o no se desea hacer, pero que se hace por obligación, necesidad o altruismo: levantarme tan temprano es un sacrificio para mí.

3   Esfuerzo o dolor que se sufre por un ideal o un sentimiento: ser madre supone mucho sacrificio por los hijos.

4   En la religión cristiana, acto de la misa en el que el sacerdote transforma el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo, en virtud del sacramento de la eucaristía: durante el sacrificio, los fieles guardan silencio.

Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.

Lo que el diccionario no dice es lo único que realmente importa sobre la palabra sacrificio y es que viene de Sacro o Sagrado.

Podemos, si así lo deseamos, llevar una vida Sacra si nos ocupamos de nuestros hermanos y de nuestro entorno, no es tan difícil.

 

ViDa González.

 

Un pensamiento.

 

 Las personas que tenemos la dicha de vivir en países civilizados, (léase lugares donde se practica alguna forma de democracia), podemos, hasta cierto punto, elegir nuestra actitud ante la vida. Nada ni nadie puede obligarnos a ser lo que no deseamos ser. A menos que nosotros lo permitamos.

Hay quienes han elegido ser reconstructores. Quiere decir, alguien que dedica su vida a reparar lo que otros han producido. Yo mismo he pasado años de mi vida laboral restaurando, extendiendo y reparando casas, especialmente las casas de madera de estilo inglés que son tan comunes en Australia. Como carpintero he tenido el privilegio de renovar hogares reparando ventanas, confeccionando puertas, etc.

Un zapatero remendón hace más o menos el mismo trabajo, remienda el trabajo de otros.

Pero así como en nuestra vida profesional tenemos esa opción, en nuestra vida espiritual y especialmente en estos momentos, el querer reparar lo que ya es obsoleto es un ejercicio que en el mejor de los casos podría calificarse como inútil.

Cuando miramos a nuestro alrededor con detenimiento,  podemos observar hoy en día los mismos patrones de comportamiento que nuestros tatarabuelos utilizaban. Nuestra civilización está basada en el miedo. Es el miedo el gran motivador de la gran mayoría de las decisiones que tomamos cada día.

Este comportamiento se extiende a todos los niveles de la sociedad. Cada quien utilizara el miedo de alguna manera para conseguir lo que desea.

O, si vamos al otro extremo del espectro encontraremos a un gran número de personas en cuyas vidas el miedo es el que rige los comportamientos, pero por otras razones. Este grupo podría denominarse como “las victimas del miedo”

Desde niños aprendemos que si no hacemos lo que se nos ordena recibiremos alguna forma de castigo por ser desobedientes.

Los gobernantes organizan guerras e invasiones con el pretexto de defender nuestra soberanía y mentiras de ese tenor. La lista podría continuar pero creo que para muestra basta un botón.

En la vereda de enfrente y absolutamente enfrentados a este grupo podemos observar a un buen número de individuos y de organizaciones que están intentando corregir el comportamiento de la sociedad, pero desgraciadamente todavía utilizan al miedo como motivador.

Alguien argumentara que este es el menos malo de los dos sistemas. Organizaciones como Greenpeace y otras recorren el planeta señalando con el dedo aquellas cosas que están mal, por ejemplo.

Pero todavía utilizan el temor como caballito de batalla en sus campañas. “Si no cambiamos de comportamiento todo se derrumbara” sería más o menos el mensaje.

Entonces, para alguien que llegase de otro planeta por primera vez al nuestro, lo que estamos haciendo podría parecerse mucho a tratar de reparar un sistema caduco en lugar de crear un nuevo sistema que ya no esté basado en el temor sino que surja desde el amor y la compasión.

Alguna vez exprese mi punto de vista sobre la decisión a la que uno se enfrenta al considerar la idea de convertirse en vegetariano.

Un gran porcentaje de las personas que se han decidido por el vegetarianismo, declaran haberlo hecho porque no desean adquirir las enfermedades lógicas que provienen del consumo de proteína animal. Un ejemplo podrían los distintos tipos de cáncer, la obesidad y las diferentes variedades  de  enfermedades mentales resultantes del consumo de agentes acidicos  tales como la grasa y los antibióticos, para nombrar solo un puñado.

En resumen, han decidido cambiar por miedo a enfermarse y no porque no desean ser cómplices de la matanza indiscriminada de animales inocentes.

Esta forma de ver la vida debería haber desaparecido hace mucho tiempo.

La decisión de dejar de matar animales debiera provenir de la compasión. Deberíamos poder ponernos en el lugar de las otras especies a las que, arbitrariamente y solo porque nos creemos superiores, hemos designado como cosas que se pueden matar para saciar nuestro hambre.

Cualquiera que haya leído un poco sobre el poder nutritivo de una hamburguesa de McDonald’s o cualquier otra empresa por el estilo,  sabe que no se puede conseguir absolutamente nada ni siquiera parecido a la nutrición en una hamburguesa o algún otro producto que podamos adquirir en ese tipo de negocio.

Hace unos años se llevó a cabo una investigación, aquí en Australia, sobre este mismo tema.

Lo que los reporteros querían saber era cuales podrían ser las consecuencias de consumir  una dieta de hamburguesas, papas fritas y bebidas gaseosas saturadas de azúcar.

Como parte del experimento decidieron comprar una de las mundialmente famosas cajitas de almuerzo en McDonald’s y ponerla en un cajón de un escritorio por algunas semanas.

Cuando seis semanas más tarde fueron a buscar la cajita, se encontraron con que la apariencia de la hamburguesa y del resto de la “comida” no había cambiado en absoluto.

Quiere decir, el deterioro lógico que ocurre en los alimentos orgánicos no había ocurrido.

Por supuesto que este escrito gatillara una larga serie de respuestas de parte de las personas que lo lean y cada quien tendrá su opinión, esta es solo la mía.

Para concluir este tema y darle un cierre que tenga algo de sentido lógico, diré que lo que propongo es que elijamos nuestros propios patrones de comportamiento basándonos en lo que surja de nuestro corazón y de nuestro cerebro y no de lo que los poderosos, los que utilizan el miedo como su arma más efectiva, nos quieran vender.

 

ViDa González.

 

 

 

 

SOBRE LA EXPANSIÓN DE LA CAPACIDAD CEREBRAL, POR QUÉ HACERLO Y ALGUNAS DE SUS POSIBLES CONSECUENCIAS.

 

Anoche, la ABC que es la televisión estatal en Australia, , transmitió un programa que trataba sobre la posibilidad de mejorar nuestra memoria y coordinación implementando una serie de ejercicios, algunos muy simples y otros mucho más complejos, que le permitirán al sujeto en cuestión, Todd Sampson, acceder a un nivel más alto de inteligencia.

Todd Sampson es un canadiense, residente en Australia que dirige una compañía de publicidad de cierto renombre y que se considera a sí mismo una persona muy inteligente, con todo lo que eso trae aparejado, ateísmo como norma “sine qua non”, descreimiento absoluto en cuanto a la posibilidad de que una persona que no haya tenido acceso a una “buena” educación pueda participar activamente de lo que se considera la movida intelectual del siglo XXI, etcétera.

Esta corta introducción no es para criticar a Todd, a quien no conozco personalmente, sino para trazar algunas líneas, sean paralelas o no, en cuanto a lo que se considera en este país y en este momento como algo muy deseado, una inteligencia incisiva que nos permitiría discernir entre el bien y el mal y hacerlo con agudeza y elegancia.

La cuestión es que lo que los científicos que aparecen en el programa claman es que mejorando nuestra memoria, léase la capacidad de recordar información, obtendremos beneficios que van más allá de lo que hasta la fecha se ha considerado posible.

Coincidentemente, si eso fuese posible, alguien me pidió una explicación más detallada de lo que las Parábolas Holográficas y sus Ecuaciones Geométricas se supone que brindan como beneficio.

Entonces se me ocurrió hablar un poco sobre lo que he aprendido sobre el trabajo que hemos estado presentando durante los últimos años.

Algunas de las personas que han estado expuestas a nuestra labor, sean parábolas en forma de video o las imágenes individuales en forma de poster, nos han comentado lo que han experimentado y se podría decir que en la mayoría de los casos, la memoria, agudeza mental y poder de discernimiento han mejorado notablemente.

Hasta aquí podríamos trazar un paralelo entre nuestro trabajo y lo que pudimos ver anoche en la ABC.

Pero entonces y luego de leer y re-leer el contenido del programa de la ABC, me encontré con que lo que esta gente desea es obtener beneficios que yo consideraría puramente cosméticos. En otras palabras, poder hablar en público denotando un nivel de información muy alto que impresionara a la mayoría de los espectadores, para utilizar solo un ejemplo.

En el otro extremo del espectro estaría nuestra propuesta, que aunque sea mucho más humilde en apariencia, formula una serie de alternativas a lo que en este momento controla a la humanidad, léase desinformación indiscriminada, difusión del temor en todos los niveles, desde el gubernamental descendiendo hasta lo que llamaríamos en Montevideo o Buenos Aires, la charla de café.

Lo que la Parábolas Holográficas proponen es un cambio a nivel molecular que le permite al ser humano desarrollar su compasión, no solo su memoria.

De nada sirve querer cambiar el mundo luchando contra los perversos. Eso solamente perpetua la lucha.

El cambio, si es que deseamos que sea real y duradero, deberá surgir desde adentro de nosotros y solo así podrá alcanzar al resto de la humanidad.

El hombre es de naturaleza holográfica. Quiere decir, lo que ocurre en cualquier punto del Universo, ocurre simultáneamente en el resto del Universo.

Si yo cambio, todo cambia.

Pero si mi deseo es que los demás cambien para que ya no me molesten con sus sandeces, entonces nada cambiara.

El actual sistema mundial, ese que los “GRANDES CEREBROS” como Henry Kissinger y sus secuaces promulgan, repudia al hombre común y lo  condena a la extinción, dada su condición de superfluo.

Pues esa es una de las más grandes falacias formuladas por un sistema caduco y a punto de expirar. 

El hombre es la gran promesa. Lo que les dejaremos a nuestros hijos es, no un ser humano digitalmente mejorado, sino el verdadero Ser Supremo que, una vez recuperada su Memoria Cósmica, brillara en todo su esplendor.

 

ViDa González.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

ATRIBUTOS ASIGNADOS.

 

Reflexiones breves sobre la ignorancia y de cómo esta ha llegado a dominar a la humanidad.

Ayer alguien me pregunto el porqué de mi falta de interés en participar de las protestas en contra de Monsanto. Quise meditar sobre el asunto antes de contestar, así que aquí va mi respuesta, disculpen la perorata.

Mi actitud se podría percibir como falta de interés en el tema del medio ambiente, pero quien me conozca sabrá que este asunto ha sido parte de mi vida y de mi trabajo por lo menos durante los últimos veinte años.

Lo que motiva mi proceder es simplemente el hecho de que se, más allá de cualquier duda, que concentrar mi atención en el problema solo haría que el “problema” crezca y se nos escape de las manos.

En mi humilde opinión, el tema Monsanto es lo que es porque le hemos dado demasiada importancia a este “monstruo” que nosotros mismos hemos creado.

Lo que Monsanto manifiesta es tener una solución para todos nuestros problemas, aquellos inconvenientes que el avance tecnológico y el progreso han causado.

Pues bien, yo creo que estamos errando el tiro. Los problemas a los que nos enfrentamos los ha causado nuestro propio temor.

Es el miedo a no tener suficientes alimentos lo que nos ha llevado a erróneamente creer que la naturaleza se ha equivocado.

Y es nuestra petulancia la que nos hace creer que si nos encerramos en un laboratorio por suficiente tiempo encontraremos la solución a todos los inconvenientes que la estúpida naturaleza nos ha causado.

Este planeta es suficientemente extenso y generoso como para acogernos a todos y cada uno de nosotros, si ponemos a trabajar el menos común de nuestros sentidos, el sentido común.

Las soluciones radicales que esta empresa y otras nos quieren imponer son del mismo tenor que las que nuestro amigo, el nunca bien ponderado Adolfito Hitler para sus amigos, le propuso al pueblo alemán hace solo unos años.

Pero no nos podemos olvidar que fue el pueblo alemán el que pidió y luego acepto la “solución final”.

Si tenemos miedo de no tener suficientes alimentos es porque alguien nos dijo que los alimentos se han acabado.

La Organización Mundial de la Salud declaro hace unos años que solo nos quedaba un plato y medio de comida por habitante en este planeta y nosotros les creímos.

Si no cultivásemos tanto cereal para alimentar a tanto ganado y en su lugar plantásemos alimentos para los humanos, que somos los únicos que dependemos de esa actividad para sobrevivir, tendríamos tanto cereal que no sabríamos que hacer con él. Y el desempleo desaparecería de la faz de la tierra al mismo tiempo.

De cualquier manera, aun aceptando que una dieta carnívora fuese buena, la carne es tan cara que los que realmente tienen hambre, seguirían teniéndolo.

Monsanto es una empresa comercial. Lo que hace lo hace por dinero, no por amor.

Si le quitásemos el poder comercial, este monstruo se moriría de inanición.

Pero Monsanto no es realmente un monstruo. Lo monstruoso en todo caso es la codicia desmedida de sus accionistas. Y aquí se abre un nuevo capítulo en esta saga.

Los accionistas son seres humanos que hacen las mismas cosas que nosotros hacemos, aunque a veces parezca mentira, nacen, viven, tienen hijos y van al baño como nosotros.

¿Entonces quien es el verdadero enemigo? Preguntara alguien.

El verdadero enemigo es el miedo que le tenemos a lo desconocido. El enemigo son los atributos asignados, esas particularidades que les concedemos a las cosas que nos rodean sin entender realmente lo que estamos haciendo.

El temerle a Monsanto es tan irracional como el temerle a que haya “demasiados judíos, negros, homosexuales, etc.” La lista sigue hasta el infinito.

Las malas hierbas no existen, no les crean a los que dicen que la naturaleza se ha equivocado.

Los monocultivos son una actividad insostenible, no importa lo que Dupont o Monsanto nos digan. Eso es lo que debería terminar pero que nunca terminara si continuamos teniéndole miedo a no tener suficiente.

Es el miedo que hemos mamado desde la cuna el verdadero enemigo, aquello que nuestros padres nos han inculcado porque a ellos también se lo inculcaron.

Pero hay que parar en algún lado.

Yo propongo que paremos hoy mismo y nos dediquemos a solucionar lo que realmente requiere una solución, léase, parar la matanza indiscriminada de animales inocentes, el maltrato a las mujeres por aquellos hombres que deberían amarlas y protegerlas, la gula que nos lleva a creer que las enfermedades tales como los problemas coronarios y la obesidad se arreglan yendo al gimnasio, etc., etc.

Así como le hemos asignado cualidades monstruosas a Monsanto, podríamos darle la importancia que realmente tiene y el problema comenzaría a desaparecer inmediatamente. No digo que se evaporaría como por arte de magia, pero sí que si dejásemos de temerle a lo desconocido podríamos recuperar nuestra soberanía, y eso solo se logra mirando a los miedos directo a los ojos.

 

ViDa González.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Realidades diferentes.

 

La producción de leche y sus derivados, la producción de carne y sus derivados y todas las industrias que masacran animales inocentes tendrán que desaparecer un día de nuestra realidad para que finalmente podamos reconciliarnos con nosotros mismos. Solo así podremos crear la existencia que la humanidad necesita para salir del caos que domina nuestras vidas. En tanto y en cuanto nuestra consciencia no este desarrollada, no podremos avanzar.

Los que estamos en contra de la masacre creemos tener razón, tanto como lo creen los que llevan a cabo la matanza o los que la impulsan consumiendo cadáveres, aunque en eso se les vaya la vida.

La gran mayoría de la gente que yo conozco, hermanos, tíos, vecinos, etc., comen carne de algún tipo. Pero eso no los convierte en malas personas. Quizá sean inmunes al dolor ajeno y no se den cuenta de lo que están haciendo, pero no son malos.

Me resisto a creer que el noventa por ciento de la población de este, o cualquier otro país son mis enemigos. Esa no es la realidad en la que yo deseo vivir.

Pero ciertamente que tampoco voy a creer que los animales, con sus diferentes grados de consciencia, son objetos a los que se les puede infligir niveles de crueldad que pertenecen a la edad media, no al siglo veintiuno.

Nunca conocí a un niño que asesinase a un ave para comérsela o para ver lo que tiene adentro. Nadie nace cruel.

Hay gente, de hecho, hay organizaciones que hablan de eliminar la crueldad contra los animales y que promueven sus campañas y recolectan dinero vendiendo salchichas y chorizos en puestos callejeros.

Ese es quizá el más alto exponente de la ignorancia que los hombres hayan exhibido alguna vez.

No solo creen que matando animales “científicamente” no les duele, sino que además parecen ignorar que esa es la esencia misma de la ideología nazi. El doctor Menguele fue el más alto exponente de este tipo de filosofía. En tanto y en cuanto los seres en cuestión sean inferiores, no hay problema torturándolos o masacrándolos en el nombre del progreso.

Pues, así como los Judíos, los Homosexuales y todos aquellos seres humanos que no pertenezcan a la raza aria no son objetos, tampoco lo son las vacas, gallinas, ovejas y el sinfín de victimas de nuestra ignorancia y nuestra crueldad.

Vivir en el campo tiene sus ventajas y sus desventajas, pero hay algo que no se puede negar, se aprende alguna cosa sobre el comportamiento animal.

Hemos visto a las vacas llorar de dolor cuando se les separa de sus crías. A veces se quejan por días al no poder proteger a esos seres a los que les han dado la vida y por los que están dispuestas a perder la suya para defenderlos.

Las gallinas atacan a quien se acerque a sus pollitos y lo mismo hace cualquier madre por sus retoños.

Nosotros hacemos lo mismo. Defenderíamos a nuestros hijos aun a costa de nuestra vida.

Entonces, ¿Cuál es la diferencia?

Los animales no nos atacan, no nos roban, no nos mienten, en fin, no hacen nada de lo que nosotros, la raza elegida, el nivel más alto de consciencia en el planeta hacemos todo el tiempo y no solo a los animales.

Nuestra consciencia ha tocado fondo. Hemos perdido hasta el último vestigio de dignidad y humanidad. Vamos a tener que cambiar o esto se desmorona.

Hay en este momento una gran cantidad de herramientas diseñadas para el desarrollo de nuestra consciencia. No lo hacen por nosotros, pero nos ayudan a hacerlo y Dios sabe que si alguna vez hemos necesitado elevar nuestra consciencia es ahora.

Por favor, paremos de protestar y pongámonos a trabajar. Nuestros vecinos no son el enemigo. El único enemigo es el miedo que ha saturado a nuestra sociedad hasta niveles extraordinarios.

 

ViDa González.

REFLEXIONES BREVES SOBRE EL UNIVERSO.

 

El Universo, la enorme masa de energía que se desplaza constantemente oscilando sobre sí misma, solamente se solidifica al ser observado.Nuestra mente, para poder percibir un aspecto de la realidad que nos rodea, requiere que el objeto observado se detenga para poder así ser analizado.El ejercicio de observar limita y deforma la realidad.Lo que nuestros sentidos perciben ha sido minimizado y detenido en el tiempo y el espacio, determinando así, que cada individuo perciba una realidad diferente.Consecuentemente, lo observado no puede ser real. Lo real, lo verdadero nunca cambia.

 

ViDa González.

SOBRE LAS QUEJAS.

 

El quejarnos es un ejercicio que, aunque cada vez nos dé menos resultados, más practicamos.

La gente que piensa que quejándose logra expresar su opinión tiene toda la razón, el mundo entero sabrá que hay algo o alguien que no les gusta.

Pero de ahí a creer que ese algo o alguien cambiaran porque nos quejemos es algo que estará abierto a todo tipo de debates.La única forma efectiva de expresar nuestro desacuerdo o nuestro disgusto es no consumiendo o apoyando lo que se nos ha ofrecido.

Los gobiernos elegidos por los pueblos son, pues eso, gobiernos elegidos por los pueblos. Nuestra solución, si es que estamos en desacuerdo con los gobernantes es no votarlos en las próximas elecciones.

La otra posibilidad, si es que deseáramos adoptarla, sería hacer caer al gobierno en cuestión, con las consecuencias lógicas que acarrearían nuestras acciones.Los ejemplos que ilustran mi tesis son cada día más evidentes en todo el mundo.

Lo que está ocurriendo en Egipto, Australia, Ucrania, Tailandia y muchos otros países no me deja mentir.Las quejas han llevado a los ucranianos a tener que elegir entre el imperialismo, representado por Rusia, y los extremistas de ultra derecha, representados por los Neo-Nazis por un lado y el Reino Unido y Estados Unidos de América por el otro.

Lo mismo está ocurriendo en todos los otros lugares, siendo Egipto quizá el más terrible de los ejemplos. Al deshacerse del dictador, los egipcios abrieron la gran caja de Pandora. Si bien el déspota representaba el dolor y la injusticia, al salir a las calles a quejarse, atrajeron la atención de un nuevo dictador, otro militar.

La única alternativa válida a lo que estamos presenciando en el mundo es la justicia y la libertad que solo se consiguen plantando nuestro alimentos, criando nosotros mismos a nuestros hijos y dependiendo de los cambios climáticos naturales, no los causados por las potencias o las multinacionales. Esto que quizá pueda sonar como una declaración de guerra al capitalismo, no es otra cosa que una declaración de independencia. Declararle la guerra a los poderosos es más una condena de muerte que otra cosa.

Mi deseo es ser independiente de los que solo desean perpetuarse en el poder.

Al quejarnos, estaremos haciendo exactamente lo que los poderosos quieren que hagamos, elegir entre la muerte y una vida de sometimiento. Hay otra salida, pero esta requerirá que dejemos de depender de las fuerza externas y que utilicemos nuestras propias fuerzas.

Un solo individuo no podrá hacer gran cosa. Pero si nos juntamos, dado que pertenecemos al grupo más numeroso que existe, podremos lograr recobrar nuestra soberanía.

 

ViDa González.

Enseñémosle a los niños a cultivar sus propios alimentos, ese es el mejor servicio que les podemos ofrecer a las generaciones venideras. Ellos imitaran lo que nosotros les ofrezcamos. Si les demostramos que somos holgazanes y que dependemos de que otros, no siempre bien intencionados, nos digan lo que debemos hacer, comer y pensar, ellos, en su inocencia, creerán que eso está bien y harán lo mismo, cometiendo así los mismos errores que nosotros hemos cometido por quien sabe cuántas generaciones. Los jóvenes tienen hoy la mejor oportunidad de dejar su mensaje de amor embebido en las mentes puras de los niños. Si les enseñamos a quejarse, se criaran pensando que nuestras quejas pueden cambiar al mundo. Pero los poderosos no cambiaran sus hábitos para complacernos a nosotros. Solo si les demostramos, con hechos concretos, que nosotros también somos increíblemente poderosos, comenzaran a darse cuenta de que ya no es tan fácil controlarnos y las cosas empezaran a cambiar. El despertar de la consciencia de los hombres es una bola de nieve que ya ahora es muy difícil de detener, pero si incentivamos a nuestras crías a cuidar, amar, compartir y respetar, la generación venidera será una maravilla. Las grandes enseñanzas de la vida se aprenden cuando nuestra mente está todavía no contaminada con el veneno del consumismo, léase, la acumulación de bienes materiales no esenciales que se almacenan por avaricia y sin control. Llevemos a nuestros hijos a la huerta, ya que ese es lugar donde aprenderán las cosas importantes de la vida.

 

ViDa González.

Amar porque esa es la única posibilidad que la humanidad tiene de reencontrarse consigo misma, con su verdadera esencia. Esa es nuestra propuesta.Nuestra intención al presentar este trabajo que llevamos a cabo día a día, es simplemente demostrar que es posible vivir de otra manera, que es posible existir en armonía con el mundo que nos rodea. El tamaño de nuestro hogar, su ubicación en el tiempo y el espacio son aspectos maleables de una realidad maleable. La aparente solidez del universo es una ilusión que nos ha limitado por generaciones. Las restricciones que nos asedian han sido establecidas por nosotros mismos basándonos en información caduca que, al menos, deberíamos revisitar para poder determinar si todavía nos sirve o si ya podría ser reemplazada por algo nuevo que este más acorde con los tiempos que estamos viviendo..Las reacciones de las personas que se acercan a nosotros son, en general, positivas. A la vez, nuestra propuesta parece sonarles más a utopía que a algo perfectamente palpable y práctico. Nosotros vivimos de esta manera. Cultivamos los alimentos que consumimos y no contaminamos el medio ambiente. Esto es posible. No somos santos ni seres especiales, somos seres humanos como ustedes. Pero no dejamos que alguien nos diga que es lo que está bien y que es lo que está mal. Nuestra vida en la granja no es para todos, eso nos queda claro, pero todavía creemos que lo opuesto, léase, la vida en las grandes ciudades, tampoco es viable.Los alimentos se cultivan en la tierra, no en laboratorios.Cuando hablamos de que la humanidad necesita volver a la huerta nos estamos refiriendo a que únicamente presenciando el proceso de creación podrá el ser humano comprender que la sociedad ha equivocado su rumbo y que hemos puesto toda nuestra esperanza en un grupo de compañías que aparentemente no tienen una identidad reconocible y por eso nos controlan con tanta facilidad. Los gobiernos de muchos países se rigen por las leyes dictadas por estos monstruos sin identidad ni decencia. Pero nosotros elegimos a los gobiernos. Nosotros estamos en control de nuestra vida, si así lo deseamos. Al establecer huertos comunales podremos enriquecernos de muchas formas que de momento nos están vedadas. Lo maravilloso de las grandes ciudades es la variedad, en todas sus formas, que nos permite conocer culturas y costumbres que hasta hace muy poco tiempo solo podíamos imaginar.Nuestros hijos adquirirán conocimientos que quizá no tengan un valor comercial, al menos al principio, pero que los prepararan para la vida.“Ninguna enfermedad puede atacar a aun cuerpo sano” dijo una vez un hombre sabio y esa es nuestra fuente de inspiración. Las enfermedades son el producto de la ignorancia de la sociedad. Nadie necesita estar enfermo. Todos vamos a morir, un día, pero no hace falta el sufrimiento.

 

ViDa González.

Uno de los grandes interrogantes en este momento es el porqué, aun con todo lo que se sabe acerca del medio ambiente, su comportamiento, y nuestra relación con nuestro entorno, la  gente esta tan reacia a juntarse y compartir, no solo recursos económicos y humanos, sino también información

 

Si bien es cierto que existe un grupo más o menos numeroso de individuos diseminados por el mundo que ha comenzado a replantearse todo lo que nos han impuesto a través de los medios de comunicación, la gran mayoría de la población mundial todavía cree que si les permite a los gobiernos invertir fortunas incalculables en lo que ellos llaman “Investigación científica” llámese NASA, OMS o la caza de ballenas, las cosas mejoraran.

 

Quiero decir, se continúa confiando en que los políticos y sus métodos nos darán las soluciones a los problemas que ellos mismos causaron en primer lugar.

 

Mientras que la humanidad continúe mirando hacia el otro lado las cosas no cambiaran.

No me canso de decirlo, por definición, nuestra realidad es NUESTRA. Somos nosotros quienes la creamos y también somos nosotros los únicos que podemos cambiarla.

 

Nuestra inteligencia colectiva está contaminada con ideas vetustas que, de no cambiarlas, seguirán empujándonos hacia un abismo que por ser desconocido, nos aterroriza.

 

Es hora de poner a trabajar nuestro discernimiento.  Nuestra capacidad inagotable de crear nuevos universos es algo maravilloso, pero si la utilizamos para establecer una realidad que no nos agrada estaremos desperdiciando nuestra vida creando aún más temor.

 

El enemigo no es Monsanto. El enemigo esta embebido en nuestro ADN y solo nosotros podremos desprendernos de él trabajando juntos, caminando tomados de la mano hacia el maravilloso futuro que nosotros mismos estamos creando a cada momento.

 

ViDa González.

El Sonido. Apuntes breves sobre la realidad mundial.

 

Un día los hombres podrán recordar los conocimientos ancestrales y los pondrán en práctica. Al menos eso esperamos los que trabajamos en este lugar.

Ocurre que hemos olvidado muchas cosas importantes que, de ser investigadas y vueltas a la vida, podrían cambiar nuestra realidad de formas que nadie puede imaginarse.

“En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.”

Esta frase del viejo testamento se refiere a algo que todas las religiones reconocen como de extrema importancia.

De acuerdo a este enunciado, el Universo fue creado a partir de una resonancia, el sonido primigenio. Y nosotros sabemos que esto es cierto, todo en el Universo es vibración.

Ya sea que uno tiene creencias religiosas o no, aún puede reconocer que el sonido es importante. En la Filosofía Hindú, el Om es el principio de todas las cosas y a la vez es la fuerza que mantiene al Universo en oscilación.

Toda esta perorata quiere ser una introducción a un tema que nosotros, los que trabajamos en este proyecto, consideramos muy importante, el sonido y su efecto en nuestras vidas.

Cada acción trae como contrapartida una reacción, todos sabemos esto, pero, no todos le damos la importancia que este hecho tiene.

Cuando nos quejamos, cuando salimos a la calle a protestar, emitimos sonidos y esos sonidos tienen una influencia primordial en nuestras vidas.

Cuando protestamos contra la guerra creamos más guerra. Pero, la contrapartida de esta sentencia es fantástica. Cuando celebramos la Paz, creamos más Paz.

Quiere decir, el sonido, junto con nuestras acciones y actitud ante la vida, establecerán la plataforma desde donde nosotros construiremos nuestra realidad.

En nuestra humilde opinión existen grandes verdades embebidas en las escrituras sagradas de todas las civilizaciones esparcidas por el mundo y no hace falta ser religioso para tener acceso a estas  realidades, tanto como no hace falta ser ciudadano de un país para poder respirar el aire de ese país, uno puede visitar estos lugares y luego volverse a su terruño, si así lo desea.

Mahatma Gandhi cambio la realidad de millones de personas con la elocuencia del silencio y la resistencia pacífica. Nosotros podemos hacer lo mismo.

Quejarnos de Monsanto hará que ese monstruo crezca y además, al expresar nuestro descontento, le damos ideas a estos crápulas para las usen en contra nuestra. Ellos saben que lo que hacen es inmoral. Nosotros podríamos hacerles saber que sabemos que es inmoral simplemente dejando de consumir los productos que ellos fabrican, porque hay algo que valdría la pena considerar, estas empresas multinacionales son también las dueñas de los McDonald, de las  empresas que producen el licor con el que nos embriagamos y son además las que manufacturan los teléfonos móviles, que son en este momento los que controlan nuestras vidas.

Nuestra propuesta quizá no sea para todos. En realidad, nosotros sabemos que cada quien deberá encontrar su propio camino hacia la libertad, lo nuestro es solo nuestra forma de hacerlo.

Está bien hacerle saber al poderoso que no estamos de acuerdo con sus acciones, pero al quejarnos, al enfocar nuestra fuerza vital en el problema, en lugar de en la solución, estamos creando más de lo que no deseamos.

 

ViDa González.

 

 

Sobre los miedos II.

Apuntes breves sobre nuestra realidad.

 

Es triste ver como la humanidad sigue caminando por la misma senda que nos ha llevado a estar como estamos. Seguimos criticando, en lugar de dar el ejemplo que quisiéramos que la gente imite.

Nadie puede cambiar a nadie. El único cambio posible es interno y ocurre dentro de nosotros mismos, o no ocurre.

Me queda claro que la mayoría de las personas son bienintencionadas, que desean que el mundo mejore, por lo tanto, expresan sus opiniones.

 Pero,  si nos diéramos cuenta de que nuestra opinión contiene, implícitamente, una crítica, nos cuidaríamos de decir todo lo que nos llega a la boca sin haber sido procesado por el intelecto.

Por supuesto que todos tenemos el derecho de decir lo que sentimos, pero no hace falta poner en práctica todo lo que sabemos, ni decir todo lo que opinamos, hay ciertas reglas de cortesía que deberíamos tener en cuenta.

 Hay sentires que deberíamos restringirnos de expresar porque crean controversia y no solucionan nada. Si no tenemos nada bueno para decir, no deberíamos decir nada.

Uno de los lados negativos de Facebook es que nos permite decir cosas que antes callábamos. Libertad y libertinaje no son sinónimos.

Si no nos gusta lo que alguien publica, siempre podemos ignorarlo y seguir con lo nuestro. No hace falta iniciar una guerra cada vez que alguien comete un desliz.

Las guerras son la respuesta de los gobiernos a las demandas de los pueblos. Cada vez que los poderosos se sienten amenazados y creen que están por perder su poder, inician una nueva guerra. Ellos saben que apelando al patriotismo mal entendido pueden controlar a las masas. Y lo hacen.

El verdadero enemigo duerme en nuestra cama, cada noche. Se come nuestro almuerzo y gasta nuestro dinero. El enemigo, si es que existe, es el miedo que nos domina y que determina cada cosa que hacemos y decimos.

Los que hemos elegido volver a la huerta, en lugar de alimentar al monstruo del consumismo, no somos mejores que los que no lo han hecho.

Podríamos pensar que somos más afortunados, pero ciertamente que no somos mejores. Es nuestra petulancia la que nos hace creer que los vegetarianos somos mejores que los carnívoros, o que los veganos son mejores que los vegetarianos. La realidad es muy otra.

La compasión, ese sentimiento maravilloso que surge del corazón, tendría que impulsarnos a ayudar a los que no tienen tanto como nosotros, no a burlarnos de ellos.

Unidos, tomados de la mano, podremos alcanzar las alturas que individuamente nos han sido negadas.

Hoy es, sin lugar a dudas, el primer día del resto de nuestra vida. Hoy podemos iniciar la larga caminata que nos conducirá a la victoria final. Si así lo deseamos, podemos cambiar de paradigma en  un abrir y cerrar de ojos. Demos el primer paso, después de todo, la más larga de las caminatas comienza con el primer paso.

Si alguien se tropieza, ayudémoslo a levantarse y seguir andando, quizá un día, si nosotros nos tropezamos, esa misma persona podría ser la que nos ayude a continuar.

Amemos más y critiquemos menos.

 

ViDa González.

 

 

Las críticas, como he dicho en otras ocasiones, pueden ser seleccionadas en dos categorías, constructivas y de las otras. En estos días he recibido algunas críticas y hoy he decidido utilizar las que considero son constructivas y aprender algo de ellas.

Entiendo que no todo el mundo está interesado en lo que hago, lo que como y lo que pienso. Ocurre que yo he estado haciendo lo que hago por mucho tiempo, pero hasta hace poco, nadie me había sugerido que publicara el resultado de nuestro trabajo por este medio. He escrito un par de libros, pero nunca había compartido partes de nuestra vida a nivel tan masivo.

Entonces, ya que me queda claro que hay personas a las que no les cae bien lo que digo sobre algunos temas, pensé, ¿vale la pena continuar con esto? Mi respuesta a mí mismo fue, ¡Claro que vale la pena porque si una sola persona se beneficia con lo que compartimos, se justifica el recibir algunos comentarios negativos!

Entonces decidí hacerme otras preguntas. ¿Cuál es el mensaje? Fue una de ellas.

Nuestro mensaje es un poco complejo pero quizá convenga investigar un poco para ver si sirve de algo.

Personalmente, siempre he estado interesado en lo que se conoce como el periodo Renacentista.

En esa época, el mundo era muy distinto al que tenemos hoy. La gente se conducía de forma diferente y podemos apreciar que el resultado de pensar diferente puede dar resultados extraordinarios.

Hombres notables, Leonardo da Vinci es en mi opinión el más alto exponente, aparecían por todas partes y, sin duda, tanto la arquitectura, la ingeniería, las artes plásticas y la música renacentista serán difíciles de igualar.

¿Por qué?

Posiblemente porque la gente reconocía las virtudes de practicar muchas disciplinas y no concentrarse solo en una.

Leonardo fue escritor, ingeniero, músico, escultor, inventor, pensador, la lista continua. Muchos de los grandes artistas de esa época practicaban múltiples disciplinas y los resultados están a la vista.

Entonces, mi conclusión es que si nos animamos a hacer aun las cosas difíciles y complejas, eventualmente nos convertiremos en hombres y mujeres renacentistas.

Las grandes catedrales del mundo fueron creadas por gente que tenía esa mentalidad. Hacían las cosas bien porque lo que importa es la obra, no el obrero.

Construyeron puentes y plazas que aun hoy están en uso. Hoy se construyen objetos con la finalidad de que duren un tiempo determinado y luego se reemplazan por otros.

Hemos perdido aquello de hacer las cosas bien porque eso es lo que corresponde, no importa que no sea comercialmente viable.

Ese es nuestro mensaje, o parte de él.

Aquí vivimos como si nunca nos fuésemos a morir.

Plantamos árboles que quizá no vayamos a ver madurar.

Cultivamos nuestros alimentos, no porque tenemos miedo de envenenarnos con químicos, sino porque trabajar en la huerta nos mantiene sanos. Ninguna enfermedad puede atacar a un cuerpo sano.

Las grandes virtudes de la vida tales como la paciencia, la tolerancia, la determinación y otras tantas se practican día a día y se aprende de ellas. Los errores se consideran escalones que nos alzan a nuevas alturas, no como errores.

Experimentamos, tanto en la huerta como en otros aspectos de nuestra vida diaria y si las cosas no salen como pensábamos, probamos otra vez, hasta lograr alcanzar nuestros sueños.

Ni Cristina ni yo nacimos en cuna de oro, todo lo contrario. Sin embargo, hoy estamos haciendo exactamente lo que siempre deseamos hacer. Costo mucho llegar hasta aquí, pero aquí estamos.

Ese es el mensaje, nunca rendirse, porque la depresión y la frustración provienen de esa actitud ante la vida. Nada es demasiado difícil y si lo es,  quizá valga la pena investigar antes de rendirse.

Ese es nuestro mensaje.

 

ViDa González.

Los grandes Maestros nos dicen que deberíamos controlar nuestros pensamientos y nos han dado, a través de innumerables escritos, las técnicas que nos permitirán lograr nuestro objetivo.

Ahora, ¿Por qué deberíamos controlar nuestros pensamientos?

Bueno, si entendemos que cada pensamiento es un ladrillo que usaremos para construir nuestro día y, eventualmente, nuestra vida, es sumamente importante asegurarnos de que cada uno de estos elementos sea de buena calidad.

Es bien sabido que el ser humano, al menos en este momento, solo puede emitir dos emociones diferentes y diametralmente enfrentadas, Amor Y Temor.

De aceptar que esto es así y admitiendo además que nuestra realidad colectiva está impregnada de miedo, podremos ver a las claras que nuestra línea de pensamiento deberá ser corregida para que podamos encausarla y corregir así, nuestra realidad.

Aquí ya no se trata de creer o no en la existencia de un Ser Supremo, llámese Dios o como decidamos denominarlo. Con solo observar nuestro entorno con detenimiento, podemos apreciar que la humanidad está dividida entre los que creen tener razón, de un lado, y los que creen tener razón, del otro.

¿Quién tiene razón? La derecha, la izquierda, los negros, los blancos, los carnívoros o los vegetarianos, en fin, ¿Quién tiene razón y quien está equivocado?

Pues, todos y nadie.

Los que creemos tener buenas razones para no ingerir la carne de animales muertos creemos que los carnívoros están equivocados y es así como se inicia una guerra.

Ni bien elegimos un lado, quedamos involuntariamente, del lado opuesto de los que eligieron el otro lado. Tanto el deporte, pasando por las religiones, la política y cada una de las actividades en las que nos vemos envueltos, están saturadas de esa cosa que nos dice que tenemos que ganar, destruyendo a nuestro enemigo.

Una vez que hemos adoptado una posición en la vida, favoreceremos una forma de ver lo que ocurre a nuestro alrededor basada en la perspectiva que hemos adoptado y ese es, esencialmente, el problema.

Personalmente, yo no creo que si uno decide ser cristiano deberá odiar a todos los que hayan decidido tener otra religión, o ninguna.

Yo he renunciado a la amistad. Fue una decisión consciente que tome luego de entender que la amistad es una trampa que nosotros mismos nos tendemos. Una vez que tenemos un amigo tendremos, por ende, muchos conocidos que no consideraremos amigos y es posible que hasta lleguemos a calificarlos como nuestros enemigos. Esa es la trampa. Elegiremos a nuestros amigos entre los seres que creemos que tienen cosas en común con nosotros y descartaremos al resto.

 

Si alguno de nuestros amigos decide adoptar alguna costumbre que nosotros consideramos inadecuada o enfrentada a nuestra forma de ver la vida, el amigo pasara a engrosar otra lista, dependiendo de la “gravedad” de su falta.

Ese es, en mi humilde opinión, el asunto a resolver. Dicen que la Verdad nunca cambia, si cambia no puede haber sido verdad. Podemos, si así lo deseamos, elegir estar entre los buenos o entre los malos y de esa forma estaremos eligiendo nuestra posición en la vida. Pero inevitablemente, al elegir, estaremos juzgando.

Sea que cada uno de nosotros considera que ha adquirido la autoridad moral para juzgar a otros o que lo haga solo por insensatez, el resultado es el mismo, estaremos fragmentando nuestra realidad y ese es el primer paso en el corto camino hacia la infelicidad.

Los sentimientos de envidia, rencor y odio solo pueden crear más de lo mismo.  Controlando nuestros pensamientos podremos desprendernos de esa gran carga de emociones negativas que nos obligan a arrastrar los pies al caminar porque pesan tanto.

Un torrente de emociones es casi imposible de controlar. Pero cada pensamiento, analizado en el momento que emerge de nuestro corazón es tan frágil como una burbuja y puede moldearse o eliminarse con toda facilidad.

Meditemos más y miremos menos televisión. Esa es una buena forma de empezar.

 

ViDa González.

 

 

LA ÚNICA CUALIDAD QUE EL HOMBRE NECESITA DESARROLLAR ES LA PACIENCIA.

 

Lo que separa al ser humano del mundo ideal que siempre ha imaginado para sí mismo es su Impaciencia.

 Hacemos planes, concebimos cosas maravillosas, nos preparamos para disfrutarlas y justo cuando el Universo ha comenzado a mutar para concedernos lo que tanto hemos deseado, nos disponemos a perseguir otro sueño sin haber esperado que el nuestro se materialice.

Mi insistencia en este punto se debe, en gran parte, a que me doy cuenta de que nadie me cree, todos piensan que estoy hablando de poesía, de utopía, y no, estoy hablando de la realidad tal cual es, si nosotros así lo deseamos.

Como he dicho tantas veces, el animarse a soñar es un hermoso ejercicio que todos podemos practicar. Lo que se interpone entre nosotros y el cumplimiento de nuestros sueños no es nada más que el miedo al fracaso.

De lo que no nos damos cuenta es que el verdadero fracasado no es quien ha tomado el camino equivocado sino aquel que, por temor a equivocarse, no se mueve de donde la sociedad lo ha puesto.

Cada vez que un hombre expresa un deseo, el Universo se lo concede, instantáneamente, sin que transcurra ningún lapso de tiempo.

Lo que ocurre es que, dado que siempre tenemos miedo a lo desconocido, nosotros mismos nos paralizamos ante la menor señal de cambio.

¿Cómo podemos esperar que nuestra vida cambie si nosotros no cambiamos?

Si sigues haciendo lo que hacías ayer, el resultado será igual al de ayer.

Pero, si te animas a introducir pequeños cambios en tu comportamiento, notaras que todo el Universo se confabula para ayudarte a conseguir lo que deseas.

Por supuesto que al principio tendrás miedo, todos lo tenemos, pero si confías en ti mismo, si te amas lo suficiente como para saber que mereces todo lo que deseas, ese miedo desaparecerá como por arte de magia.

Los grandes alquimistas de la historia consiguieron lo que buscaban siendo pacientes y confiando en que hay leyes naturales que nunca cambian. La Generosidad de la Madre Naturaleza no se puede cuestionar, si no me crees, mira a tu alrededor.

No estoy, necesariamente, hablando de tener mucho dinero.

En realidad, ese es uno de los grandes mitos que han paralizado de terror a los hombres por generaciones, y es un invento humano.

Si comienzas tus planes haciendo la cuenta de cuanto te costara construir tu sueño y cuantos años te llevara ganar lo que necesitas, ya habrás fracasado.

Los niños no se comportan de esa manera.

Cuando un niño quiere algo lo consigue enseguida porque nunca piensa cuanto le va a costar.

Pero eso es exactamente lo que hacemos los hombres, planeamos todo escrupulosamente, sin dejar ningún detalle afuera, en la creencia de que viviremos eternamente, y después nos disponemos a encontrar mil y una razones para no hacer lo que hemos planeado.

Rezar para tener mucho dinero no da resultado porque el “plan” no está terminado.

En lugar de pedir dinero para poder hacer lo que deseamos, deberíamos planear, minuciosamente,  cada detalle de lo que queremos, obviando lo que podría costar. Eso nos llegara, si realmente lo deseamos con todo el corazón.

Si yo hubiese aceptado que un hombre sin educación de ningún tipo, sin dinero y sin esperanzas de heredar nada, está condenado a hacer algo que no le gusta porque “así es la vida del pobre”, eso es exactamente lo que hubiese ocurrido.

Nunca desee tener mucho dinero, pero “siempre quise ser carpintero y vivir en el campo cultivando la tierra. No me detuve a escuchar a los que decían que yo estaba loco, simplemente me anime a soñar con este lugar. Así, tal cual es. Sin dejar ningún detalle al azar.

Por supuesto que mi realidad no me hace sentir que soy mejor, o peor, que nadie. Al contrario, si yo puedo, tú puedes, sin lugar a dudas.

El Universo es un gran “Mecano”, una enorme caja de “Lego”, lo que construyamos con ellos depende de nosotros. Nada nos impide alcanzar lo que soñamos, aparte del miedo, por supuesto.

El Universo es una enorme masa de infinito potencial, totalmente maleable y generosa.

Anímate a soñar.

 

ViDa González.

 

PENSAMIENTOS BREVES SOBRE LA REALIDAD MUNDIAL.

 

La visión del hombre es limitada. Al considerarse a sí mismo como un individuo, el ser humano se pierde en los laberintos de la mente sin poder encontrar la salida. La unidad Universal es la única realidad, pero para poder apreciarla, necesitamos cerrar nuestros ojos. Nada que valga la pena ser visto puede ser vislumbrado con los ojos físicos, porque no es real. Si cada individuo ve algo distinto, entonces el objeto observado es ilusorio.

No puede ser que un país sea mejor que otro, ni que un equipo de rugby sea mejor que el otro, eso solo existe en la mente del observador. No es posible que el uno sea superior al otro, tanto como no es posible que los dos equipos ganen el mismo partido.

La humanidad ha perdido el rumbo y no parece ser capaz de encontrarlo, nada parece tener sentido en este momento.

Los “lideres” de los diferentes países están decididos a iniciar otra gran guerra. Las pequeñas guerras ya no alcanzan y la economía del planeta está a punto de desmoronarse.

Pero, ¿Quién está pidiendo una guerra mundial?

Pues, los pueblos.

La visión distorsionada de la realidad mundial nos ha llevado a pensar que hay guerras morales y que las hay de las malas.

La barbarie que estamos presenciando en las pantallas de televisión nos ha convencido de que la única solución es llevar a cabo otra masacre.

No es cierto que existan bombas inteligentes que solo matan a los “malos”. Como tampoco es cierto que podamos envenenar el suelo del vecino sin contaminar el nuestro.

No hay dos seres en existencia, solo un Ser Supremo que se divide a sí mismo y, como resultado, crea la ilusión de que alguien puede ser mejor que otro.

Somos todos actores en una gran puesta en escena, nadie es mejor que nadie. La sangre de nuestros hijos es del mismo color que la de los hijos del vecino. No hay muchos dioses, hay solo uno al que todos llamamos de diferente manera.

En estos días comenzara una guerra. Esta será la Gran Guerra y la iniciamos nosotros con nuestro fanatismo. Creyendo que los americanos son mejores que los rusos. Esa es la Gran Ilusión.

El enemigo no existe. Cuando podamos desterrar el miedo de nuestros corazones, el enemigo desaparecerá con él.

¿A que le tememos?

Tenemos que detenernos a pensar, y si lo hacemos, podremos apreciar la realidad mundial por lo que realmente es, una maraña de pensamientos incoherentes que, lentamente, nos están empujando hacia el borde del abismo.

Hemos perdido la inocencia, pero recuperarla no es tan difícil, solo tenemos que tomar la decisión de hacerlo.

Nos han enseñado que debemos competir para poder ganar. Creo que es hora de que desaprendamos lo aprendido y volvamos a empezar.

Un trozo de soga, si lo percibimos en la semi-penumbra, nos creara la ilusión de que es una serpiente que ha venido a atacarnos. Una vez que la obscuridad se disipe, podremos apreciar que todo estaba en nuestra mente. Lo mismo estamos viviendo en este momento, la ilusión que nos hace creer que somos mejores que “los otros” nos está llevando a seriamente considerar derramar su sangre.

Invadimos a un país para robarles el petróleo y luego lo invadimos para controlar a los que se enojaron porque no les gusto la masacre que llevamos a cabo en el nombre de “Nuestro Dios” y luego volvemos a invadirlo para ayudar a los pobres niños, ancianos y demás sobrevivientes a reconstruir lo que nosotros destruimos. ¿Hay alguien que me pueda explicar el sentido de todo esto?

Contestare mi propia pregunta, seguro que alguien ya tiene preparado un discurso que conformara a la mayoría y todo seguirá como esta, “No hagan olas” dicen los dirigentes.

 La sangre no se lava con sangre, solo se deja secar con el perdón que proviene del corazón puro.

En fin, solo quise sacarme esto del pecho. Sé que no conducirá a nada el querer hacer que “los otros” vean la vida como yo la veo.

Pero no me disculpare por esto porque ese sería el colmo de la hipocresía.

 

ViDa González.

EL ESTABLECIMIENTO DE LA INTENCIÓN PRIMIGENIA.

 

La sanación en si no tiene nada de malo. No se trata de encontrar cosas malas en todo, sino de entender que cuando hacemos algo, dependiendo del contexto en el que lo estemos llevando a cabo, estamos enviando un mensaje al Universo y la respuesta no se hará esperar.

Cuando las personas hablan de hierbas medicinales, por ejemplo, se están refiriendo a plantas que se supone que curan el cáncer o enfermedades de ese tipo. Pues bien, para empezar, el cáncer no es una enfermedad sino un síntoma. Los médicos saben esto pero temen que si se lo dicen a los pacientes, se termine uno de los negocios más reditables de la historia.

Sé que muchos pensaran que estoy loco, pero aun así seguiré clamando a los cuatro vientos que, NO HACE FALTA ESTAR ENFERMO, absolutamente para nada.

Cuando uno cultiva plantas y las rotula como medicinales es porque ya ha asumido que las necesitara en un futuro, sea próximo o lejano.

Esto se conoce como el Establecimiento de la Intención Primigenia. O sea, esta es la declaración que uno, a sabiendas o no, está haciendo y que el Universo contestara de forma inmediata, iniciando así un nuevo paradigma personal.

Ahora, si uno cultiva plantas porque son bellas y atraen insectos y aves al jardín, así sea que estemos hablando de la misma planta, uno estará estableciendo una intención muy distinta a la anteriormente señalada. Uno hará algo porque le gusta, no porque tiene miedo.

Es la misma planta, pero el efecto será totalmente diferente.

Lo mismo ocurre cada vez que tomamos una decisión, estamos estableciendo algo que modificara nuestro entorno y consecuentemente, a nosotros mismos de forma absoluta.

Por eso es tan importante que vivamos conscientemente.

En este punto yo empiezo a escuchar a los que dirán que vivir así es aburrido. Pues mi respuesta es, ¿Cómo sabes que esto es aburrido si nunca lo has hecho?

Hemos sido formados por la sociedad para responder a impulsos de ciertas formas y, en general, todos lo hacemos sin cuestionarlo.

A la vez,  si uno mirase a su alrededor, comprenderíamos que el mundo está como está porque NOSOTROS lo aceptamos de esta manera. En realidad, la materialidad que nos rodea es simplemente un espejo que refleja fielmente  nuestra propia imagen.

Por más que uno pula ese espejo y lo mantenga inmaculado, la imagen no mejorara.

 Si realmente queremos cambiar la imagen que aparece en él, deberemos cambiar nosotros, ya que somos nosotros el objeto que vemos reflejado.

 

ViDa González.

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